La rotación de la Luna

Deformadora de la tierra
influiste desde siempre;
el mar dominador del planeta
danzaba en un ritmo armónico con tu presencia,
así fue,
durante las nueve vidas.

Tu genero es tu actitud, y
luego de esa complicidad eterna
rotaste sobre tu eje;
mostrando súbitamente aquel lado desconocido -
contraste perfecto de tu imagen pulcra y virginal.

El vértigo invade al saber que siempre fue parte
de tu carácter aquella imagen oscura,
y que tu alba presencia era sólo visible para la Tierra;
el resto del Universo te conocía oscura
y murmuraba sobre tu engaño permanente.

Las deformaciones elípticas empiezan a manifestarse
con una potencia altísima,
ya no sólo influyes sino que destruyes,
ni la virgen purísima
ni los santos ni aquel extracto de ajenjo
logran domar las mareas;
los ánimos humanos empiezan a alterarse y
caen en la desesperación.

Los sabios no definen si será posible volver a ubicarte en la misma posición
y si de serlo, si volvería a ser todo como era antes
a sabiendas que aún existirá aquello que no fue conocido
pero presente; El olvido no será posible
y la indiferencia cuestionable.

Mientras las elites conceptualizan y escriben poemas
y teorías filosóficas sobre este fenómeno;
los demás sienten la aflicción y el corazón cuestionado - destrozado por defecto -
y viven en la palabra desolación;
la cual deriva de desolar: según la definición de la academia del lenguaje es
Causar a alguien una aflicción extrema.

Los científicos trabajan en la formula perfecta
de simular aquella relación gravitatoria que existía,
así artificialmente, todo volvería a la normalidad
e incluso podrías ser destruida;
quedando como registro en la historia
que no te podrá olvidar.

La humanidad espera la solución.

(chito)

una mala despedida

¿No eras tú el soporte gravitario
del mundo que alguna vez construimos?

¿No era yo con quien regarías los jardines?

Jardines en la casa soñada
en aquellas colinas
- lejos del ruido mundano -
y cerca del lago de nuestra felicidad.

Ya no habrán Domingos de compañia
ni noches de delirios apasionados,
guardo celosamente
la última lágrima que derramaré por ti.

Derramé, quizás, las lágrimas más secas de mi vida
dejándome deshidratado, con el corazón como una pasa;
grité desde el pozo más seco del mundo
que me ayudarás, que no marcharás, que vierás que aún te amaba.

Creo que la última lágrima cae ahora, miento,
muchas otras vendrán;
cierro los ojos y presiono mis dientes,
cierros los ojos y subo lentamente;
siento un leve calor, un rayo de sol perdido,
la ilusión de un hombre arrepentido, vestido de nuevos trajes;

el sentido ha cambiado,
cierro los ojos, lloró acongojado,
debierán ser las últimas lágrimas,
probablemente no lo son,
ya no estas a mi lado pero subo lentamente,
el tiempo esta demente
ahora me siento ancioso de conocer lo que vendrá,
una última lágrima
cierro los ojos y me pongo a caminar.










(chito)

estrella en el cielo

vertiginoso sabor de la soledad,
tersa amargura de soles ardientes
y verdades sin poetas.

Quisiera, sin saberlo, caminar de nuevo
acompañado de una mano fiel
y rondar por mares de confrontaciones
maldiciendo mi destino;
y no el tempano solitario de mi soledad.

El delirio simple, delirios de copas excesivas
palabras impotentes
contenidas por años, represión;
volcán preparado para la destrucción nefasta
de la silueta
de aquella princesa que hoy me falta.

La noche cae y las estrellas en la tierra se prenden
así es el puerto de valparaíso
en los cerros brilla el cielo y en unos cuantos bares
decenas de putas beberán con hombres condenados
a la insatifacción de sus matrimonios,
muchos otros comparten luces - estrellas caidas -
de sus vidas felices perdidas en la incomprensión
y el celo celoso del orgullo y el egoísmo;
siempre sucede algo así:
Algunos deciden destruir los años de complacencia, por la
búsqueda del nuevo amanecer - que nunca encontrarán -
es así la evolución, otros a su vez
mantienen el infierno, mientras brillan - impotentes - estrellas en el cielo.