Has pensando lo eterno
de los momentos frágiles
- aquellos que se esfuman en la memoria -
en un apagón.
Cuantas veces me has contado
parte de mi vida.
"Tal es maldito exceso!
que se convierte en un sacramento"
donde - sin saber bailarlo -
escucho un tango en la voz de calamaro.
Y es eterno
aquel momento,
eterno como Dios para los creyentes,
tan eterno
que pensé en dejar de amarte alguna vez
y partir en busca de aquella hada
para tocar su muslo fibroso,
al ritmo del tango,
que hizo eterno un momento,
tan eterno
que no logro recordarlo.
(chito)
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