Para mi mona lisa

Fuiste la creación del centro de mis fracasos y decepciones,
mi obra maestra, la ilusión de acuarela y carne que necesitaba.
Ese reto, más alto que el everest, fue sin duda la pincelada más extensa que di,
y agotado, gozo lo bello que es aquella combinación
de colores claros y oscuros, de luces y de sombras, de días y de noches.

Si me dices manipulador lo entenderé claramete,
la obra fue producto de la dirección de mis pinceladas
y no de las texturas del cuadro que intentaron guiarme,
pero la manipulación no se define como el hecho de permitir
que las mareas suban y bajen por el efecto de la Luna,
o que la luz del sol aparesca o desaparesca,
es solo permitir que dentro del cuadro no exista
la moderación, ni el respeto al pintor, ni a la musa;
ni aquello que me llevó al fondo del pozo,
el pozo de la frialdad, los compromisos y las obligaciones.

Fueron aquellos trazos que uno a uno configuraron la ruta
para que primero aparecieses,
te formases y murieses en el tacho de basura donde hoy descansas,
pero entiende creación de este despertado prisionero,
que ha abierto la puerta de su carcel
y camina libre por el aspero mar de experiencias cotidianas,
que gracias a tu nacimiento y muerte hoy existe
un nostalgico caminate suelto sin miedo al fracaso ni a la desolación
esperando que un beso lo lleve al cielo que una vez conoció gracias a ti.