Rapunzel

Tiraste las cuerdas a este priosionero
del profundo y oscuro pozo
justo en el momento en que las ratas empezaban
a explicarme el sentido de la vida,
justo en el momento en que no habia diferencias,
el día y la noche se confundían
en una recta formada por mi identidad
y consumida bajo el signo del consumo.

Esas cuerdas que tiraste tan largas como el abismante pozo
tardaron eternidades en caer,
y justo cuando me disponia a suspirar y caer al alterado sueño
de estimulantes aislantes,
la trenzada señal sonó como tronante despertador y,
como reviviendo de un sueño vegetal
abri los ojos aferrandome y trepando
hacia esa lejana luz.

Tiraste tan fuerte
que fue cosa de momentos
cuando nuevamente caminaba en el día
y dormia en la noche,
como un ser del mundo aprendí a reir con los niños
y a entregarle al tiempo instantes de felicidad,
mas la nostalgía aparecía, y el recuerdo de las risas desenfrenadas
hacien eco en las cuevas de mi inconciente,
pero con sólo tu mirada apagabas cualquier chispiante recuerdo,
y me mostraste un nuevo futuro, horizontes lejanos
que necesitan de preparación y sudor,
reescribiste mi diccionario
entregaste un sentido hasta la más hostil de las palabra.

La guerra es solo batallas en el lecho próximo a destruirse por nuestro entusiamo,
y el odio una bella flor que nos lleva al amor,
la mierda es abono para nuevos seres,
y tu ausencia es un momento para recordar cuanto me ayudaste,
para recordar que hay fosas y flores, angeles y demonios,
que existe el mundo y tú.

(chito)